En Mednoe, una ciudad en la región de Tver al norte de Moscú, la Policía Secreta Soviética Comunista (NKVD) creó fosas comunes en un bosque local donde enterraron miles de prisioneros ejecutados. Muchas de estas personas eran rusos arrestados a raíz de una nueva ley que prohibía la asociación con extranjeros, percibidos como amenazas a la seguridad nacional. Otros fueron soldados polacos que se entregaron voluntariamente al ejército ruso creyendo que no estaban bajo amenaza. Hoy, el Complejo Memorial Mednoe ahonda en esta intrincada historia y las experiencias difíciles de los individuos bajo regímenes totalitarios al proporcionar exposiciones conmemorativas, eventos públicos y actividades que conmemoran a las víctimas y exploran cuestiones de represión política.
